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🛒 #Consumo | Consumir de proximidad tiene vital importancia para reactivar la economía local

La crisis causada por el coronavirus y las limitaciones que trae consigo está modificando nuestros hábitos, también en los que respecta a compras y alimentación. Además, está pasando una grave factura a usuarios y productores.


Fotografía: Miguel Ángel Moreno


La Organización de Consumidores Usuarios anima a que elijamos productos locales y de kilómetro cero o comprar en mercados, tiendas de proximidad y grupos de consumo para ayudar a revitalizar el tejido económico y social de nuestro entorno. La economía local es imprescindible, porque genera empleo en la zona, ofrece alternativas de consumo, distribuye la riqueza entre más actores y contribuye a formar comunidades más fuertes y resilientes, disminuyendo la dependencia del comercio exterior. El comercio de proximidad ha sido para muchos la alternativa en estos momentos. Algunas de estas tiendas de barrio o mercados han fortalecido su servicio de entrega a domicilio, algo muy apreciado especialmente por las personas mayores que tienen más dificultades para comprar online, pero que están acostumbradas a llamar por teléfono y hacer su pedido a sus tenderos de confianza.


Desde Reas, la red de economía alternativa y solidaria, afirman que existe una sensibilización por parte de los consumidores con la subsistencia del pequeño comercio y reclaman la importancia tiene consumir de forma local. Estos usuarios optan por la compra de proximidad en mercados o tiendas pequeñas de barrio, adquirir productos locales o incluso la compra directa al productor.


Por otro lado, se han creado iniciativas de apoyo como la campaña #demibarrio para ayudar a los pequeños comercios de la comarca sevillana. Esta campaña remarca mantener los intercambios económicos locales, el comercio de proximidad y los circuitos de comercialización cortos porque se le da oxígeno a la economía local con estas iniciativas innovadoras y solidarias que parten desde la cooperación e intercambio en esta zona.


Según diversos estudios, el dinero que se gasta en el pequeño comercio revierte hasta tres veces más en la comunidad que el gastado en una gran superficie. Esto se debe al efecto económico multiplicador local, por el que comprar local crea más riqueza y genera más trabajos en nuestras comunidades. Los consumidores requieren un tejido comercial rico y variado. Para garantizar el suministro de alimentos y otros bienes básicos no basta con tener comercio de proximidad, es necesario contar también con una producción local fuerte: ganaderos, agricultores y pescadores que puedan sacar a flote sus negocios y no pierdan la cosecha por falta de mano de obra o de dificultades para vender sus productos en las cadenas de supermercados.


Fotografía: Miguel Ángel Moreno


La situación que atravesamos en la actualidad pone más en riesgo que nunca la supervivencia del comercio local, desde hace años amenazado por las grandes superficies y por el comercio electrónico. La transformación digital de estos pequeños negocio y campañas de incentivación a las compras en el comercio local son para los expertos bastante necesario para garantizar esa supervivencia.


Conocer el origen de productos, saber si son de temporada, locales, es un reflejo común entre los consumidores más conscientes. El consumo local, de proximidad y de temporada es parte de la solución para reactivar la economía desde el consumo y generar comunidades más sostenibles, que resistan mejor a las crisis. Los consumidores necesitan un espacio comercial fuerte y variado, en el que tengan cabida todas las opciones. Potenciando el consumo local, se puede contribuir a sostener el comercio de cercanía y favorecer el desarrollo de una sociedad más autosuficiente y menos dependiente del comercio globalizado.


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