El Cádiz pondrá esta noche el broche de oro a una temporada que le ha valido el ascenso a Primera. Y quiere hacerlo sin que la euforia mal entendida de la afición suponga una mancha en pleno episodio de rebrotes de covid. Para evitar concentraciones de apoyo como las del último partido, los alrededores del estadio Ramón de Carranza presentarán un importante dispositivo de control con la participación coordinada de los distintos cuerpos de seguridad.
Desde varias horas antes de que empiece el encuentro, las calles que rodean al coliseo cadista estarán valladas y habrá vigilancia en un círculo más amplio para evitar concentraciones. En toda esta zona se vigilará de manera especial el aforo de los bares. Además, el recorrido que realizará el autobús del Cádiz se mantiene en secreto y se advierte de que el mismo podrá cambiarse hasta el último momento para disuadir a los aficionados de salir a recibirlo.
El club amarillo ha renunciado, dado el contexto que vivimos, a realizar los habituales actos de celebración que rodean a cualquier éxito futbolístico. El alcalde de Cádiz, José María González, ha llamado a los aficionados a afrontar el final de la temporada con responsabilidad y dar ejemplo de sentido común respetando las recomendaciones sanitarias.
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