La irregularidad de las lluvias es el origen de uno de los problemas medioambientales crónicos de Andalucía. Hay zonas de la comunidad que han registrado periodos de hasta nueve años de sequía y lo que llevamos de 2020 ha acumulado un 13% menos de precipitaciones de los valores que consideraríamos normales. Comarcas como el Campo de Dalías, La Janda y la Costa Noroeste de Cádiz se encuentran en situación de sequía severa, aunque, de momento, el agua para consumo humano no peligre.
Pese a ello, la vulnerabilidad de Andalucía a la hora a abastecerse de recursos hídricos requiere de un esfuerzo constante de concienciación. La Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento recuerda el ahorro de agua que suponen pequeños gestos de nuestra vida cotidiana: 60 litros si cambiamos el baño por la ducha, 50 si lavamos el coche con un cubo en lugar de a manguerazos o 6 litros cada vez que tiramos de la cisterna si metemos en su interior un par de botellas. Además, AEOPAS nos recuerda la importancia de llenar la lavadora y el lavavajillas para optimizar su uso y de revisar posibles fugas en nuestras cañerías.
La lucha contra la sequía va unida con el esfuerzo por frenar la desertificación, a la que tan sensible es la zona oriental de Andalucía. En torno al 30% de la superficie de la comunidad se encuentra afectada por este proceso y de ella casi la mitad se debe a la acción humana, debido a los daños ocasionados por la construcción masiva y los malos usos agrícolas y ganaderos.
Comentários