Hoy, 30 de noviembre, una fecha que nos recuerda la importancia de la conciencia ciudadana sobre este tipo de patologías y que es posible superarlas.
El proceso de diagnóstico de estos trastornos de la conducta alimentaria parte normalmente del propio ámbito familiar. Las familias tienen un papel fundamental para las personas que sufren estas patologías y el propio ámbito familiar requiere de apoyo y acompañamiento para que el final de la lucha contra los TCA sea una realidad.
Por otro lado, el Gobierno autonómico anunciaba hace unos meses, la apertura de dos unidades para atender con recursos públicos los trastornos de conducta alimentaria. Era la respuesta que partía de la consejería de salud tras la entrega de 314 mil firmas reclamando esta atención.
Es una forma de dar la importancia y atención que merece y requiere estos trastornos, pero es un error que se vinculen con normalidad a la etapa adolescente y se relegue esta enfermedad mental, derivada de la alimentación, a un segundo plano, además hoy en día estas unidades no están funcionando como debieran por la crisis sanitaria.
Además de la situación generada por la COVID, diferentes organizaciones declaran que a ésta se le añade al déficit del personal especialista en trastornos de la conducta alimentaria. Animan por ello a las familias a consultar a los profesionales en caso de detectar cualquier indicio de estas conductas para que los pacientes reciban la atención rigurosa y especializada. Todo ello bajo el convencimiento, y así lo vuelve a mostrar este 30 de noviembre, de que se sale de estos trastornos de la conducta alimentaria.
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