Todo apunta a que el próximo curso en los colegios e institutos andaluces empezará en las fechas habituales. ¿Cómo se desarrollará? A fecha de hoy, apostar por uno de los planes presentados por la Junta de Andalucía es jugar a las pitonisas.
El trabajo conjunto de las consejerías de Salud y Educación alumbra tres líneas de trabajo. La primera de ellas es la normalidad, pero cada centro deberá planificarse para otros dos escenarios ante un rebrote del coronavirus. En un primer estadio, se recurriría a la reducción de ratios y la optimización de los espacios disponibles para garantizar la distancia entre los alumnos. Cada centro deberá redactar un plan funcional que recoja su protocolo específico de actuación. Si el rebrote es grave y obliga a nuevas medidas de confinamiento, el objetivo de la administración educativa es tener planificada la docencia online para evitar la improvisación con la que se ha solventado el final del presente curso escolar.
Entre las peticiones que ha hecho a los centros educativos el departamento que dirige Javier Imbroda está la evaluación de la incidencia de estos meses de cierre en el aprendizaje de los alumnos para tratar de paliarlo en el próximo curso potenciando el refuerzo educativo en el horario escolar.
Los sindicatos han acogido los anuncios de la Junta con escepticismo. Consideran que, sin un plan que contemple la incorporación de recursos humanos y materiales, cualquier planificación es un brindis al sol. Además, denuncian que los nuevos protocolos que habrán de elaborarse suponen un aumento en la carga burocrática del personal docente y exigen como requisito imprescindible para el regreso presencial a las aulas que se dote de material de protección ante la covid a los profesores.
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