Tras su aplazamiento por la irrupción del coronavirus el pasado mes de marzo, la 23ª edición del Festival de Málaga calienta motores de nuevo. Su consejo de administración ha fijado hoy se celebración entre el 21 y el 30 de agosto, aprovechando el hueco que deja la cancelación de la feria malacitana. La cinta La boda de Rosa, de Iciar Bollain, será la elegida para la proyección inaugural de esta cita con el cine español, que vio frustrada su celebración en las fechas originales a solo tres días de su comienzo.
La nueva hoja de ruta del festival malagueño primará la exhibición de las películas sobre los eventos sociales para prevenir la concentración de público, lo que hace prever que la alfombra roja tendrá que esperar a mejores ocasiones para desplegarse frente al Teatro Cervantes. Se trabaja en la reprogramación de los contenidos y en la reducción del número de espacios de exhibición y se instalarán pantallas en lugares amplios de la ciudad para la proyección de presentaciones y de parte de las películas programadas.
La dirección del Festival de Málaga ha querido subrayar su apuesta por la celebración presencial del evento como elemento consustancial al mismo. Asimismo, ha reivindicado el su función como apoyo a la industria audiovisual y su aporte como dinamizador socioeconómico de la ciudad.
Por su parte, el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, cuya celebración está prevista entre el 13 y 20 de noviembre, ha anunciado un acuerdo con la plataforma Filmin para que la programación de su 46ª edición pueda seguirse online. Con ello se persigue facilitar el acceso a la muestra onubense desde cualquier lugar del mundo, en un horizonte de movilidad que se plantea incierto a tan largo plazo. De este modo, los espectadores virtuales se sumarán a los más de 34.000 que el año pasado llenaron las salas onubenses durante la celebración del festival.
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